Las actividades náuticas han cobrado gran auge en Puerto Morelos, gracias a las diversas opciones que ofrece el destino, entre ellas el buceo en el Arrecife Mesoamericano y el espeleobuceo en la Ruta de los Cenotes.
De acuerdo con autoridades municipales, Puerto Morelos se ha convertido en un imán de turistas de alto poder adquisitivo que buscan actividades relacionadas con el buceo, por lo que continuará la promoción de estos atractivos en las diversas ferias turísticas nacionales e internacionales a las que se acude.
Explicaron que además de la segunda barrera arrecifal más gran del mundo, los amantes de esta actividad, que también se practica como deporte, pueden sumergirse para conocer el barco cañonero C-56 “Juan Escutia”, hundido décadas atrás a propósito para crear un nuevo atractivo en la zona.
Se trata de un lugar increíble que es una de las principales atracciones para buzos con experiencia en busca de aguas profundas.
El barco permanece a 30 metros de profundidad frente a Puerto Morelos. Hoy está lleno de vida marina. Los corales han colonizado los restos del naufragio y ahora ofrecen un hogar a muchas criaturas como cangrejos flecha y gusanos de fuego, entre otros pequeños crustáceos e invertebrados.
Tierra adentro, se localiza la Ruta de los Cenotes, en donde los amantes del espeleobuceo han encontrado un maravilloso mundo acuático.
Los cenotes Zapote y Maravilla son de los más reconocidos a nivel internacional para realizar esta actividad que requiere de gran experiencia.
En el primero de ellos están las impresionantes “Campanas del inframundo”, que se encuentran aproximadamente a medio camino del descenso de la caverna, que tiene forma de reloj de arena. Se encuentran en una estrecha franja de unos seis metros de ancho, pero dentro de esta zona cubren casi toda la superficie de la cueva.
De acuerdo con versiones de investigadores, las campanas de El Zapote representan un ecosistema enigmático que proporciona las condiciones para la formación de los mayores espeleotemas submarinos del mundo.
Cabe mencionar que en este lugar fueron descubiertos en 2010 los restos del perezoso gigante, por el explorador de cuevas Vicente Fito. La osamenta tiene alrededor de 12 mil años de antigüedad.